Cuando saltó la noticia de que Maxim Huerta había tenido problemas con hacienda, lo primero que pensé es vaya, otro caso de agarrarse con uñas y dientes al puesto. Un ministerio recién estrenado no era cuestión de abandonarlo así como así.
De hecho, el caso de Maxim Huerta no parecía tan grave, como podría haber sido otro caso distinto de personajes o políticos que estaban imputados por distintos delitos. En el caso de Maxim huerta, este ya había pagado su multa y su condena por haber defraudado a hacienda. Pero como hay que ser coherentes, y se pide de todos los políticos que lo sean, Maxim Huerta tenía que dimitir.