La cabecera de un currículum. La primera impresión es la que cuenta.

A la hora de hacer un currículum, cada parte cuenta. Las dos partes que más llaman la atención son la experiencia profesional y la formación que siempre son las más cuidadas, aunque no siempre se les saca el máximo provecho. Pero hay otros apartados que se tienen menos en cuenta, pero den marcar la diferencia entre dos currículums muy parecidos. Una de esas partes es la cabecera. La cabecera es lo primero que salta a la vista: “Señoras y señores, esta o este que tienen aquí soy yo”. Como en el titular de un periódico, es nuestra primera imagen que se percibe de nuestro perfil y por eso es importante cuidarla y saber qué poner.

La obviedad de colocar la palabra “currículum”.

currículum
Ya se sabe que es un currículum.

Lo primero, un detalle totalmente lógico pero que todavía tengo que indicárselo a las personas a las que atiendo: La obviedad de colocar la palabra “currículum”. Está claro que lo que hemos presentado es un currículum, no una carta de amor ni el folleto de una agencia de viajes. En su lugar considero que debe ponerse nuestro nombre, bien grande y visible, centrado y en negrita. Que se vea quienes somos y a lo que vamos. Luego a continuación, el teléfono, también bien visible. Esos son los datos fundamentales para que la persona que nos lea sepa quienes somos y nos pueda localizar si le interesamos.

También se suele poner el correo electrónico. No porque los contactos se hagan por correo. En todos estos años, nadie se ha puesto en contacto conmigo a través del correo especificado en el currículum. La intención es que se vea que tenemos una buena relación con las tecnologías y que al menos, el correo electrónico lo usamos. Si lo tenemos de adorno o solo para configurar el móvil, casi ni ponerlo.

También pondría, en caso de que la oferta de empleo lo especifique de manera muy especial, si tenemos carné de conducir o vehículo propio (no necesariamente coche, en algunos casos).

Lo que menos se ha de poner son datos personales.

No se debe añadir nada más. Lo que menos se ha de poner son datos personales que puedan resultar discriminatorios para nuestra candidatura. No se debe poner la edad, ni el sexo (Habitualmente nuestro nombre ya indica cual es), ni la dirección postal, ni el número de documento de identidad. Si necesitan cualquiera de esos datos, que nos llamen para concertar una entrevista.

Sobre la dirección tengo que reconocer que a veces va bien ponerla. Una vez, un usuario me dijo que le habían contratado en un comercio del barrio porque había puesto su dirección. Tuve que reconocerle que ahí tenía cierta razón. De todos modos, sería mejor poner como mucho el código postal y la localidad. No siempre conviene ponerlo, principalmente si vivimos en un barrio con mala fama o si queremos buscar trabajo lejos de nuestra localidad.

¿Foto sí o foto no?

foto actualizada
Si ponemos foto, que esté actualizada

Otro tema candente es la foto. ¿Foto sí o foto no? A priori, foto no. Si no ponemos edad ni sexo, poner foto hace que estos datos queden visibles, en una foto que seguramente no nos hace justicia (al menos en mi caso). Pero tampoco hay que ser radical con este tema. Si no se puede evitar porque la oferta (de manera poco correcta) exige foto, habrá que pensar si vale la pena o no incluirla. Si finalmente lo hacemos, hay que buscar una buena foto. No se debería poner la foto del documento de identidad en la que salimos con cara de malas pulgas, ni de cuando cumplimos 10 añitos, ni tampoco la foto que tenemos en nuestro perfil de redes sociales. Debe ser una foto expresamente para el currículum y “casual” que intente transmitir nuestra personalidad y que transmita el máximo de impresiones positivas.

Finalmente, en la cabecera se puede añadir una pequeña descripción de nuestro perfil en relación con la oferta de empleo, aunque yo soy más partidario de darle un apartado propio que le de la importancia que merece.

La primera impresión es la que queda.

Primera impresion
¡Qué gran razón!

Todo ello (nombre, teléfono, correo electrónico y la foto) debe ir enmarcado en un fondo que resalte por encima del resto del currículum. Da igual que sea en la cabecera, en la columna lateral o donde hayamos decidido por diseño. Debe destacar y llamar la atención. Debe decir que aquí están nuestros datos, invitar a su lectura y a que nos llamen después de demostrarles que somos la persona ideal.

Todos los detalles son importantes. Como decía aquél anuncio de desodorantes, la primera impresión es la que queda. Si empezamos con buen pie, puede ser el primer paso hacia nuestra contratación. Como el “no” ya lo tenemos, vamos poner todos los medios para ir a por el “sí”.