A estas alturas ya deberíamos saber que buscar empleo no es entregar currículums como si fueran panfletos de un restaurante de comida rápida. Es pensar y planificar sobre nuestra marca personal. Analizar con calma cómo la vamos a enfocar, hacer un análisis de autoconocimiento, estudiar nuestras capacidades y habilidades o conocer el mercado laboral donde nos vamos a mover. Todo esto, sin olvidar trabajar nuestra marca personal con perspectiva de género.
Pero pensar no significa tirarse en el sofá o sentarse delante del ordenador, la tableta o el móvil a esperar inspiración. Usar las neuronas no inhabilita otras partes del cuerpo.
La inspiración puede llegar en cualquier momento, así que mientras tanto, es recomendable ponerse a hacer otras cosas importantes. Un ejemplo de cosa importante: limpiar y recoger la casa. No importa el sexo, el género o la condición de cada cual.
La mayoría convivimos con otras personas y estas no tienen por qué hacer solas las tareas del hogar solo por el hecho de que estemos buscando empleo. Buscar trabajo es un trabajo, pero no tiene que ser a jornada completa para que sea efectivo.
La búsqueda de empleo, igual que todas las demás facetas de nuestra vida, tiene que incluir siempre la perspectiva de género. Así que, mientras llega la oferta de nuestra vida tenemos que tener presente que, ¡las tareas del hogar no tienen espera ni se hacen solas!