Inmigrantes y Mundial de Fútbol

Ahora que estamos con el Mundial de Fútbol de Rusia y con la crisis de los inmigrantes, recuerdo cuando yo era pequeño y había que crear los equipos de futbol.

Durante el recreo o en las clases de educación física, el reparto para los equipos de futbol los hacían los dos niños que más sabían y que eran los capitanes de cada equipo. Uno a uno y por turnos, iban eligiendo a quién querían en su equipo.

Era una elección reñida porque a veces un mismo jugador era elegido por los dos capitanes y entonces había que negociar. “Vale, tú te coges a Pedro pero a cambio yo me quedo con Juan y Ángel”. Así, uno a uno, hasta conformar los equipos. Finalmente llegaba la hora de escoger a los mantas.

A aquellos que el futbol les podía importar tres pimientos o que simplemente eran malos, muy malos, jugando. Entonces era cuando me tenían que elegir a mí, pero al contrario que con Pedro, Juan o Ángel, la disputa no era quien se me quedaba sino quien no se me quedaba. Tener un lastre en el equipo no era plato de gusto para ninguno de los capitanes.

De nuevo, negociaciones, de manera que o bien “me quedo a Pepe a cambio” o bien se me iban turnando entre los equipos: “Esta vez te toca a ti quedarte con Alfredo”. Me resultaba muy incómodo que tuvieran que elegirme pero no les quedaba más remedio.

Médicos sin Fronteras recibiendo a los inmigrantes del Aquarius
Médicos sin Fronteras recibiendo a los inmigrantes del Aquarius

Todo esto me ha recordado la desventura los inmigrantes del Aquarius. Unos jugadores a quien nadie quiere. Los inmigrantes son jugadores incómodos para el equipo europeo. Por eso, algunos capitanes se han negado a escogerlos.

Fue finalmente, el gobierno español de Pedro Sánchez, quien recién llegado al reparto de equipos decidió que se haría cargo de esos jugadores incómodos. Pero luego ha llegado el Lifeline con más inmigrantes y ha sido Malta quien después de ver que tampoco nadie los quería ha hecho de tripas corazón y se los ha quedado. A cambio, eso sí, de un preacuerdo con otros ocho equipos de la UE para repartirse a los próximos jugadores incómodos que irán llegando en días venideros.

¿Hasta cuándo seguirán los líderes europeos comportándose como si fueran críos de escuela con los migrantes que huyen de guerras y miserias?